Cuando los Gurúes se equivocan en inglés
Autor: Guillermo Giacosa (Periodista)
Creo que el futuro siempre ha sido impredecible, y ahora, dada la complejidad de las situaciones que afrontamos, lo es más que nunca. Esa naturaleza impredecible del futuro se agrava en muchos de nuestros países por la sujeción colonial en la que ha sido entrenada parte de nuestra clase política. Cualquier ganso que hable inglés y tenga dos o tres títulos vistosos o un puesto de jerarquía nos pone en estado de postración admirativa. ¿Cómo –solemos decirnos, con la sonrisa estúpida de quien en el fondo se cree incapaz de pensar por sí mismo– un hombre que viene del gran mundo y que está en contacto con el poder real puede equivocarse? Y, de ahí en más, ponemos nuestras opiniones en sus manos y asumimos el papel de títeres para el que nos han entrenado. Una nota del diario español El Mundo habla del 'genio’ Alan Greenspan, de quien dice: “Fue el Oráculo de Delfos de la economía en las últimas décadas. Sus palabras revolucionaban las bolsas de medio mundo y sus pronósticos eran clarividentes. Fue presidente de la Reserva Federal de EE.UU. (FED) entre 1987 y 2006, y era llamado 'El Maestro’ por sentar cátedra en la materia. Sin embargo, la crisis del 2007 lo halla como acusado de haber alimentado las 'burbujas’ inmobiliaria y financiera con la política monetaria expansiva de la FED. Esta semana fue al Congreso gringo y dijo: 'Aparentemente, está apareciendo mucha amnesia’, delegando así la culpa en Washington y Wall Street. Su palabra está devaluada: tres años de predicciones fallidas y la sensación de que pudo evitar la amplitud de esta crisis han desgastado su autoridad”.
¿Son idiotas o se hacen? Si tres años de predicciones fallidas no desgastan tu autoridad es porque vives rodeado de tarados o sirvientes. Greenspan creía que esta crisis sería como la del 'lunes negro’ de 1987. Pero se equivocó. Esta ha sido la peor crisis mundial desde 1929. Entre mediados de 2008 y 2009, el Gobierno registró el periodo de contracción del PIB más amplio desde la Segunda Guerra Mundial. “No se cae en una recesión de manera gradual; se salta”, dijo Greenspan en enero de 2008. Según él, no estaba tan claro que EE.UU. sufriera una recesión porque la crisis podía deberse solamente a la “extrema incertidumbre existente” en los mercados.
Este hombre, que en 2005 afirmó, con sus circunloquios habituales, que “la regulación privada ha demostrado que es mucho más adecuada que la regulación gubernamental para constreñir la excesiva toma de riesgos”, fue más claro al admitir que su política de desregularización fue excesiva: los mercados “deberían estar mucho más regulados para impedir el peor tsunami financiero del último siglo. Quienes confiamos en el interés de las instituciones prestamistas en proteger el patrimonio del accionista –incluido yo– estamos atónitos y no podemos creerlo”, añadió, tras describir la crisis como un 'tsunami financiero’.
Todos nos equivocamos, pero no todos arrastramos a media humanidad en nuestras equivocaciones. Deberíamos pensar dos veces antes de seguir a un profeta, aunque hable en inglés y sea gringo.
Fuente: Diario Perú 21. Mié. 14 abr '10.
Autor: Guillermo Giacosa (Periodista)
Creo que el futuro siempre ha sido impredecible, y ahora, dada la complejidad de las situaciones que afrontamos, lo es más que nunca. Esa naturaleza impredecible del futuro se agrava en muchos de nuestros países por la sujeción colonial en la que ha sido entrenada parte de nuestra clase política. Cualquier ganso que hable inglés y tenga dos o tres títulos vistosos o un puesto de jerarquía nos pone en estado de postración admirativa. ¿Cómo –solemos decirnos, con la sonrisa estúpida de quien en el fondo se cree incapaz de pensar por sí mismo– un hombre que viene del gran mundo y que está en contacto con el poder real puede equivocarse? Y, de ahí en más, ponemos nuestras opiniones en sus manos y asumimos el papel de títeres para el que nos han entrenado. Una nota del diario español El Mundo habla del 'genio’ Alan Greenspan, de quien dice: “Fue el Oráculo de Delfos de la economía en las últimas décadas. Sus palabras revolucionaban las bolsas de medio mundo y sus pronósticos eran clarividentes. Fue presidente de la Reserva Federal de EE.UU. (FED) entre 1987 y 2006, y era llamado 'El Maestro’ por sentar cátedra en la materia. Sin embargo, la crisis del 2007 lo halla como acusado de haber alimentado las 'burbujas’ inmobiliaria y financiera con la política monetaria expansiva de la FED. Esta semana fue al Congreso gringo y dijo: 'Aparentemente, está apareciendo mucha amnesia’, delegando así la culpa en Washington y Wall Street. Su palabra está devaluada: tres años de predicciones fallidas y la sensación de que pudo evitar la amplitud de esta crisis han desgastado su autoridad”.
¿Son idiotas o se hacen? Si tres años de predicciones fallidas no desgastan tu autoridad es porque vives rodeado de tarados o sirvientes. Greenspan creía que esta crisis sería como la del 'lunes negro’ de 1987. Pero se equivocó. Esta ha sido la peor crisis mundial desde 1929. Entre mediados de 2008 y 2009, el Gobierno registró el periodo de contracción del PIB más amplio desde la Segunda Guerra Mundial. “No se cae en una recesión de manera gradual; se salta”, dijo Greenspan en enero de 2008. Según él, no estaba tan claro que EE.UU. sufriera una recesión porque la crisis podía deberse solamente a la “extrema incertidumbre existente” en los mercados.
Este hombre, que en 2005 afirmó, con sus circunloquios habituales, que “la regulación privada ha demostrado que es mucho más adecuada que la regulación gubernamental para constreñir la excesiva toma de riesgos”, fue más claro al admitir que su política de desregularización fue excesiva: los mercados “deberían estar mucho más regulados para impedir el peor tsunami financiero del último siglo. Quienes confiamos en el interés de las instituciones prestamistas en proteger el patrimonio del accionista –incluido yo– estamos atónitos y no podemos creerlo”, añadió, tras describir la crisis como un 'tsunami financiero’.
Todos nos equivocamos, pero no todos arrastramos a media humanidad en nuestras equivocaciones. Deberíamos pensar dos veces antes de seguir a un profeta, aunque hable en inglés y sea gringo.
Fuente: Diario Perú 21. Mié. 14 abr '10.
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