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Por: Guillermo Giacosa (Periodista)
El Tea Party es el sector del partido Republicano que lideró la última victoria legislativa de dicho partido. Reúne, como es sabido, a la ultraderecha de EE.UU.
Tiene un grupo de ideólogos denominado Liberty Central (LC) que promueve la intolerancia, el racismo y la lucha contra el aborto y el matrimonio gay. Lo dirige Ginni Thomas, esposa de un juez de la Corte Suprema, y reúne a 54 'agrupaciones amigas’ como la ultracatólica Tradición Familia y Propiedad (TFP) que reproduce el pensamiento de la que en 1960 se fundara en Brasil, y que estaba en contra de “la Revolución Francesa, el protestantismo, el catolicismo liberal, el marxismo” y opinaba que la Inquisición española era “la página más bella de la historia de la Iglesia” porque, mientras duró, la Iglesia Católica “se expurgó de herejes a sí misma”.
La TFP estadounidense no se queda atrás: en su lista de amigos figuran Propietarios de Armas de EE.UU. –organismo que cree en que cada ciudadano debe estar armado –, Proyecto de Soberanía de Missouri –que impulsa la insurrección armada para derribar al gobierno– y 52 adictos más.
La TFP brasileña, como narré en otra nota, invadió los periódicos de su país cuando Mitterrand ganó las elecciones en Francia. Anunciaba el Apocalipsis, la disolución de la familia, la entrega de los niños al Estado y otras tonterías que la realidad desmintió. Como son fanáticos mono-neuronales no aprenden y vuelven a la carga contra todo aquello que modifique no ya la sociedad en la que viven, sino el estatus que ellos disfrutan en dicha sociedad. Son racistas, clasistas y esclavos de prejuicios e interpretaciones medievales de la realidad.
Otra joya de este grupo es su relación con la Fundación Internacional por la Libertad (IFF), creada en tiempos de Reagan para sostener el régimen sudafricano basado en el apartheid.
El éxito del Tea Party se sustenta en el apoyo financiero que le brindan dos multimillonarios: el petrolero David Koch y Rupert Murdoch (dueño de Fox, Sky y medios de prensa escrita como The Wall Street Journal, The Sun, Times, etc.).
Vale decir que la inacción del presidente Obama ha servido para precipitar esta oleada de ultraderechistas que ningún liberal de buena estirpe y nadie que crea que los seres humanos nacemos libres e iguales, puede tolerar. Derecha e izquierda tienen sus fanáticos. Personas con ideas que se han quedado petrificadas en el tiempo. Ambos, por no acompañar los cambios que la tecnología ha impuesto y por ser incapaces de leer sin prejuicios todo lo que la ciencia nos enseña, son ajenos al diálogo, al descubrimiento del otro y, por sobre todo, son analfabetos en el difícil arte de comprender el dinamismo del que se alimentan todos los fenómenos que nos conciernen. Salvo las ideas de estos fósiles, nada permanece estático. Nadie es exactamente al día siguiente la persona que fue el día anterior.
Fuente: Diario Perú 21. Jue. 25 nov '10.
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