lunes, 19 de abril de 2010

La derecha política peruana: liberistas y rentistas.

La derecha en el Perú

Por: Sinesio López Jiménez (Sociólogo)

¿Qué significa ser de derecha en el Perú? ¿Cuál es el perfil de un derechista peruano? ¿Qué filosofía la inspira? ¿Qué organizaciones, qué líderes, qué fuerzas políticas integran el campo de la derecha, qué corrientes de opinión? ¿Tiene algún programa? ¿Cómo opera? Voy a ensayar algunas respuestas provisorias a este conjunto de preguntas. En el Perú no existen investigaciones históricas y empíricas que ayuden a definirla mejor. La peruana es una derecha difusa, borrosa, sin perfiles claros. Ella alberga a conservadores y a reaccionarios, a los defensores de la tradición y del statu quo, a los promotores del autoritarismo (la mano dura) y a los arribistas de toda laya. Cuando son católicos pertenecen al Opus Dei o al Sodalitium y, por eso mismo, son fundamentalistas pues fusionan la religión con la política. Son endogámicos: estudian en los mismos colegios, pertenecen a los mismos clubs exclusivos, se divierten en las mismas playas de moda, leen los mismos best sellers y, desde luego, a Vargas Llosa, su novelista favorito.

Son liberistas (adoran al liberalismo económico) más que liberales. Aman la molicie rentista y odian el esfuerzo industrial. Son hispanistas, anglófilos o pro yanquis y, por eso mismo, excluyentes y racistas. Buscan la unanimidad y rechazan el pluralismo. Los mueve el miedo a los otros que pueden desbordarlos (los indios, los cholos, los amazónicos). Prefieren el orden al cambio y a la libertad. Son elitistas y están contra toda participación de las masas. Sus sectores ilustrados se inspiran en el pensamiento reaccionario de Louis de Bonald, Joseph de Maistre, Edmund Burke, Lammenais, Donoso Cortés, Carl Schmitt, Bartolomé Herrera, Riva Agüero. La derecha peruana ilustrada de hoy, sin embargo, no ha alcanzado las cumbres de la generación del 900. Son sólo modestos libretistas de ese viejo pensamiento reaccionario, de la Escuela Austriaca de economía (von Wieser, von Misses, von Hayek) en su versión gringa (la llamada Escuela de Chicago) y de la Escuela de Viena (Mach, Bühler, Gomperz, Popper).

Son partidarios de la versión extrema del neoliberalismo (sólo mercado y nada de Estado, exportación primaria sin industrialización, apertura total al libre comercio sin protección de los intereses nacionales, autorregulación del mercado sin protección de la sociedad, libre movimiento de capitales sin regulación, explotación del trabajo sin derechos del trabajador, puro chorreo y nada de distribución equitativa). Son hermanos-enemigos del estatismo. Por eso aman y odian a Chávez. Creen ingenuamente (¿o maliciosamente?) que el estatismo es la única alternativa a su pensamiento único conservador. Son monótonos y monocromáticos. Están incapacitados para pensar otros modelos de desarrollo que se ubican entre el neoliberalismo extremo y el estatismo. No perciben los matices que dan tono y color a la compleja vida social.

La derecha está integrada por los poderes fácticos (los organismos financieros internacionales, la Confiep, los medios de comunicación, las FF.AA., la iglesia católica conservadora), algunos caudillos y sus entornos (Fujimori, García), algunos partidos (PPC, ¿el Apra?) y corrientes de opinión alimentadas por los medios nacionales e internacionales. Carece, sin embargo, de un liderazgo preciso. Tampoco tiene una representación política definida. Sólo cuenta con representaciones sociales. Está desarticulada y sometida a ambiciones incontenidas y a una competencia exacerbada. Los operadores políticos y algunos publicistas y periodistas de los medios pretenden superar ese déficit. Lo que unifica a la derecha dispersa, sin embargo, es el enemigo al que tienen que combatir porque pone en peligro sus intereses y su modelo neoliberal extremo: Ollanta Humala y su entorno. Para asesinarlos moralmente han alquilado a sicarios mediáticos, Tirifilos del insulto, la mentira y la calumnia.


Fuente: Diario La República. Vie, 29/01/2010.

domingo, 18 de abril de 2010

Sobre oráculos, profetas o gurúes: Alan Greenspan y la crisis económica mundial.

Cuando los Gurúes se equivocan en inglés

Autor: Guillermo Giacosa (Periodista)

Creo que el futuro siempre ha sido impredecible, y ahora, dada la complejidad de las situaciones que afrontamos, lo es más que nunca. Esa naturaleza impredecible del futuro se agrava en muchos de nuestros países por la sujeción colonial en la que ha sido entrenada parte de nuestra clase política. Cualquier ganso que hable inglés y tenga dos o tres títulos vistosos o un puesto de jerarquía nos pone en estado de postración admirativa. ¿Cómo –solemos decirnos, con la sonrisa estúpida de quien en el fondo se cree incapaz de pensar por sí mismo– un hombre que viene del gran mundo y que está en contacto con el poder real puede equivocarse? Y, de ahí en más, ponemos nuestras opiniones en sus manos y asumimos el papel de títeres para el que nos han entrenado. Una nota del diario español El Mundo habla del 'genio’ Alan Greenspan, de quien dice: “Fue el Oráculo de Delfos de la economía en las últimas décadas. Sus palabras revolucionaban las bolsas de medio mundo y sus pronósticos eran clarividentes. Fue presidente de la Reserva Federal de EE.UU. (FED) entre 1987 y 2006, y era llamado 'El Maestro’ por sentar cátedra en la materia. Sin embargo, la crisis del 2007 lo halla como acusado de haber alimentado las 'burbujas’ inmobiliaria y financiera con la política monetaria expansiva de la FED. Esta semana fue al Congreso gringo y dijo: 'Aparentemente, está apareciendo mucha amnesia’, delegando así la culpa en Washington y Wall Street. Su palabra está devaluada: tres años de predicciones fallidas y la sensación de que pudo evitar la amplitud de esta crisis han desgastado su autoridad”.

¿Son idiotas o se hacen? Si tres años de predicciones fallidas no desgastan tu autoridad es porque vives rodeado de tarados o sirvientes. Greenspan creía que esta crisis sería como la del 'lunes negro’ de 1987. Pero se equivocó. Esta ha sido la peor crisis mundial desde 1929. Entre mediados de 2008 y 2009, el Gobierno registró el periodo de contracción del PIB más amplio desde la Segunda Guerra Mundial. “No se cae en una recesión de manera gradual; se salta”, dijo Greenspan en enero de 2008. Según él, no estaba tan claro que EE.UU. sufriera una recesión porque la crisis podía deberse solamente a la “extrema incertidumbre existente” en los mercados.

Este hombre, que en 2005 afirmó, con sus circunloquios habituales, que “la regulación privada ha demostrado que es mucho más adecuada que la regulación gubernamental para constreñir la excesiva toma de riesgos”, fue más claro al admitir que su política de desregularización fue excesiva: los mercados “deberían estar mucho más regulados para impedir el peor tsunami financiero del último siglo. Quienes confiamos en el interés de las instituciones prestamistas en proteger el patrimonio del accionista –incluido yo– estamos atónitos y no podemos creerlo”, añadió, tras describir la crisis como un 'tsunami financiero’.

Todos nos equivocamos, pero no todos arrastramos a media humanidad en nuestras equivocaciones. Deberíamos pensar dos veces antes de seguir a un profeta, aunque hable en inglés y sea gringo.

Fuente: Diario Perú 21. Mié. 14 abr '10.